miércoles, 3 de diciembre de 2008

"Soneto gongorino..." de Federico García Lorca

SONETO GONGORINO EN QUE EL POETA MANDA A SU AMOR UNA PALOMA

Este pichón del Turia que te mando,
de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy pasando.

Su cándida virtud, su cuello blando,
en limo doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la ausencia de tu boca está marcando.

Pasa la mano sobre tu blancura
y verás qué nevada melodía
esparce en copos sobre tu hermosura.

Así mi corazón de noche y día,
preso en la cárcel del amor oscura,
llora, sin verte, su melancolía.

Federico García Lorca




Disfruta con la versión de Amancio Prada

lunes, 18 de agosto de 2008

Boda de Antonio Machado

En 1909 Machado se casa con Leonor Izquierdo. Él tenía 37 años; ella, 15. Era hija de los dueños de la pensión donde el poeta se alojaba en Soria.

sábado, 9 de agosto de 2008

Antonio Machado: Carta a Unamuno

Fragmento del video-documental: Antonio Machado, de la colección "La España Auténtica". Autor: José Luis Cano.

Miguel de Unamuno: Informativo literario

Vídeo realizado por estudiantes. Muy recomendable.

Miguel de Unamuno: El episodio del 12 de octubre

Dos documentos gráficos de un mismo hecho contado desde perspectivas diferentes.

El 12 de Octubre de 1936 durante la apertura del curso académico, que coincide con la 'Fiesta de la Raza' decretada por los nacionalistas, Unamuno improvisa un famoso discurso en el que sentencia "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha."

1) El vídeo extrae citas de Unamuno desde días antes del 12 de octubre hasta su muerte.


2) Documental que explica el episodio protagonizado por Unamuno en la Universidad de Salamanca.

Miguel de Unamuno: El último testimonio


El 12 de Octubre de 1936 durante la apertura del curso académico, que coincide con la 'Fiesta de la Raza' decretada por los nacionalistas, Unamuno improvisa un famoso discurso en el que sentencia "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha."

El vídeo extrae citas de Unamuno desde días antes del 12 de octubre hasta su muerte.

domingo, 30 de marzo de 2008

"Proverbios y cantares" de Antonio Machado

IV
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.

X
La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.

XXIII
No extrañéis, dulces amigos,
que esté mi frente arrugada;
yo vivo en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas.


XXI
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

XLI
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.

XLIV
Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

LIII
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Versión musicada de Paco Ibáñez

domingo, 9 de marzo de 2008

Miguel Hernández cantado por Joan Manuel Serrat

Desde Literatura Multimedia, se ofrece el enlace a las diez canciones del disco de Serrat en el que pone música a los poemas de Miguel Hernández. Así mismo, en esta misma página, puedes encontrar más letras y versiones musicadas del mismo autor. Sólo tienes que viajar por el blog desde esta entrada haciendo clic en "Entradas anteriores".

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Poesía necesaria

Desde esta página de la Diputación de Valladolid, puedes descargar el CD "Poesía necesaria" con una antología de versiones musicadas de poetas españoles del siglo XX.

También puedes escucharlos en el blog de Literatura multimedia.

Próximamente, letras y múscia, aquí.

"Para la libertad", Miguel Hernández

EL HERIDO

I
(...)

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha, (1938-39)


viernes, 15 de febrero de 2008

Soneto XXV de Pablo Neruda

SONETO XXV
Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.



domingo, 10 de febrero de 2008

"Oda a la crítica del libro" de Pablo Neruda

Joaquín Sabina recita el poema



Yo escribí cinco versos
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero, una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso
era corto como un relampago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura,
y bien los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera,
y con tan poca cosa, construyeron paredes,
pisos, sueños.
En una línea de mi poesia
secaron ropa al viento,
comieron mis palabras,
las guardaron junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado,
entonces llego un crítico, mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros,
otros llegaron ciegos
o llenos de ojos,
elegantes algunos,
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente vestidos de cadáveres,
algunos partidarios del rey
y su elevada monarquía,
otros se habían enredado en
la frente de Marx
y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
sencillamente ingleses,
y entre todos,
se lanzaron con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron,
a disputar mi pobre poesía,
a las sencillas gentes que la amaban.
Y la hicieron embudos, la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron,
con suave beningnidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron,
y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron un pequeño paquete,
que destinaron cuidadosamente a sus desvanes,
a sus cementerios,
luego se retiraron,
uno a uno,
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante popular
para ellos,
o indignados de dulce menosprecio,
por mi ordinaria falta de tinieblas.
Se retiraron, todos,
y entonces, otra vez,
junto a mi poesía,
volvieron a vivir mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz,
y en el amor,
unieron relámpago y anillo.
Y ahora perdonadme señores
que interrumpa
este cuento que les estoy contando,
y me vaya a vivir para siempre con la gente sencilla.
(ODAS ELEMENTALES)